La propiedad intelectual ha sido uno de los motores de la innovación tecnológica que ha hecho posible alcanzar el grado de desarrollo actual de la Sociedad de la Información. Si no queremos que sea víctima de su propio éxito, es necesario que la propiedad intelectual se redefina adaptándose al nuevo entorno creado gracias a ella”.
El micropoder de las grandes ideas. Javier Cremades
Lo cierto es que cada vez es más complicado ( por no decir imposible) defender los derechos de autor en la Red, ya que basta con un sólo clic para que el usuario pueda acceder al contenido sin tener que dar cuentas a nadie y teniendo la posibilidad de erigirse él mismo en el autor de la idea o texto. Pero en este aspecto, no sólo interviene la jurisprudencia, sino también la ética de cada persona. Todos sabemos que no es moral, ni justo apropiarse de bienes ajenos sin siquiera poner el nombre del autor. Pero es que Internet nos lo pone fácil.
Vivimos en una sociedad extremista y desde hace algunos años estamos presenciando una lucha entre los defensores más radicales de los derechos de autor y, por tanto del copyright, contra sus retractores más feroces que abogan por compartir la información. Como en todo, hay un término medio. Este término se llama: Creative Commons (CC). Intermedio entre las restricciones masivas y el libre albedrío. CC es una organización no gubernamental sin ánimo de lucro que pretende reducir las barreras legales que presenta la creatividad, de esta forma, el creador puede proteger sus obras y a la vez permitir ciertos usos de las mismas, lo que se conoce como tener "algunos derechos reservados". Así por ejemplo, puedes copiar una información literalmente, citando al autor de los contenidos y siempre y cuando el resultado no tenga bonificación económica para quien haga uso de esta licencia.